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La vitela que conserva el libro de Reglas de la Hermandad de la Lanzada de 1652, y que recoge las Reglas aprobadas en 1642, nos proporciona el primer testimonio gráfico de la existencia de estas dos figuras secundarias de la Hermandad, pero que por la misma naturaleza del Misterio que representan adquieren un protagonismo principal en la escena.

Hay noticias de que en 1703 se encargó un nuevo misterio con las figuras de los dos ladrones en la cruz, las Marías, el San Juan, (que es la única imagen de esta época que aún hoy se conserva), y Longinos a caballo con un sayón que le llevaba las riendas, estas imágenes serían destruidas el 3 de febrero de 1810 durante el saqueo realizado por los franceses a la capilla de la Hermandad que se encontraba en el Convento de San Basilio.

Tras los tiempos difíciles que sufre la Hermandad durante la primera mitad del siglo XIX, en los que deja de salir durante muchos años, en 1847 hace Estación de penitencia la Hermandad de la Lanzada, desde el exconvento de Pasión, presentando la curiosidad de que de la Llaga del costado de Cristo salían dos cintas rojas hasta los ojos de la imagen de Longinos aludiendo al hecho milagroso de la curación de la ceguera de este tras penetrar con su lanza el pecho del Salvador. En 1849 la figura de Longinos sería restaurada por el escultor José Sánchez, para ser desechada en 1851, año en que ese mismo escultor ejecutaría una nueva imagen del Lancero.

En 1898 se estrenaría una nueva figura de Longinos obra de Emilio Pizarro Cruz y en 1899 reformaría las esculturas del caballo y del sayón, se da la circunstancia de que este escultor fue hermano de esta corporación ocupando los cargos de secretario 2º y de prioste 1º en la misma. La imagen del sayón que llevaba las riendas del caballo sería suprimida de la escenografía del misterio de esta Hermandad en 1957.

En 1949 se estrenaría una imagen de Longinos a caballo obra de Antonio Rangel que sería reemplazada en 1987 por una nueva imagen obra de Elías Garó y que formaría parte del misterio de esta Cofradía hasta la Semana Santa de 1998, en la actualidad se encuentra en la localidad de Campo de Criptana, (Ciudad Real), procesionando en la Hermandad de la Lanzada de dicha localidad.

José Antonio Navarro Arteaga realizó la actual imagen ecuestre de Longinos, saliendo por primera vez el Miércoles Santo de 1999.

Presenta como característica fundamental este conjunto escultórico el dinamismo barroco de raíz berninesca, habiendo usado el imaginero como fuente de inspiración directa la escultura ecuestre del Emperador Constantino realizada por Gian Lorenzo Bernini en 1670 para el espacio de la entrada ceremonial entre el Palacio Apostólico y la Basílica de San Pedro del Vaticano, en la base de la Scala Regia, y que representa a Constantino sobre su caballo encabritado en el momento de tener la visión de la Santa Cruz en la Batalla del Puente Milvio.

En esta obra de Navarro Arteaga el escorzo de jinete y caballo, (la pata izquierda del animal queda completamente al aire), y el muy bien articulado juego de diagonales de ambas imágenes, dan como resultado un conjunto con mucho movimiento, reforzándose con ello el lenguaje barroco de toda la escena imprimiéndole dinamismo y realismo.

Gozando tanto el caballo, de excelente factura, como Longinos de un buen modelado y estando cada una de las esculturas bien proporcionadas, la obra se encuentra condicionada en tamaño por su pertenencia e integración al grupo escultórico del misterio en el paso, y existe cierto desfase, apreciable a la vista, en las dimensiones entre el jinete y su montura, siendo el tamaño del romano en proporción mayor que el del caballo que monta. Esta diferencia de proporciones está motivada para evitar tapar la Imagen del Crucificado en el espacio relativamente reducido de la mesa del paso, evitando así que el equino pudiera hacer de efecto pantalla sobre la Imagen del Cristo.

Texto: Pedro Manuel Fernández Muñoz