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Paso de Cristo

El paso de misterio de nuestra hermandad representa el momento en el que el soldado romano (Longinos) montado a caballo propina la Sagrada Lanzada a Jesucristo en el costado, que yace en la cruz, para cerciorarse de su muerte. Así lo narra San Juan Evangelista en su evangelio, siendo el único que recoge el momento: “Pero al llegar a Jesús, como le vieron ya muerto no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua”. La escena, es presenciada por la Virgen María, San Juan y las tres Marías, que se hallan al pie de la cruz.

El canasto en el que cada Miércoles Santo se muestra este escena que describimos, es de estilo neogótico florido, dorado e iluminado con candelabros de guardabrisas, inspirado en la crestería del altar mayor de la Catedral de Sevilla. Fue diseñado en el año 1944 por Luis Jimenez Espinosa, que a su vez se encargaría de la talla junto a Manuel Guzmán Bejarano, Antonio Vega, Antonio Martín y Manuel Morillo. Se estrenó en el año 1950, si bien no salió completamente terminado hasta el año 1955. En el 1996 se iniciaría un proceso de nuevo dorado a cargo de Arosa y Calvo.

Se trata sin duda de unos de los pasos más grande de la Semana Santa sevillana, contando con unas dimensiones de 2,26 x 5,06 x 1,59 metros, siendo portado por 48 costaleros.

El Canasto del mismo lo realizó el maestro Manuel Guzmán Bejarano. También trabajaron en él, los aprendices del taller, los “Antonios” Vega, Morillo y Martín. Las Cartelas las realizó Antonio Bidón Villar y los doce Ángeles, Luis Ortega Bru y Rafael Barbero Medina, inspirados en los existentes en el sepulcro del Cardenal Cervantes de la Catedral de Sevilla.

El llamador del paso está compuesto de un ostensorio flanqueado por una lanza, una mitra, un báculo y una cruz patriarcal.

Nuestro paso de misterio destaca por ser uno de los más llamativos de los que desfilan en la Semana Santa de Sevilla.

Paso de Palio

El paso de palio de María Santísima del Buen Fin es una obra relativamente reciente, diseñada en 1967 por Luis Jimenez Espinosa y realizada entre los años 1971 y 1973, salidendo por vez primera en este último año.

Se trata de un conjunto de estilo neogótico, de madera tallada y dorada y alpaca labrada y plateada, tallados por Antonio Martín Fernández. Cuenta con medallones plateados en el centro de cada respiradero y otros pintados con momentos de la vida de la Virgen, obras de Juan Luis Aguado.

La orfrebrería original del conjunto fue obra del taller de Hijos de Juan Fernández, si bien en los últimos años ha sufrido varias reformas. Del comienzo, aún conserva las rosetas de metal plateado de los respiraderos, el canasto con capillas, doce varales en forma helicoidal, jarritas frontales y de entrevarales, imagen frontal de la Virgen de los Reyes en plata de ley, ostensorio con reliquia de San Antonio María Clared, candelería en metal plateado y candelabros de cola de guardabrisas. Recientemente el orfebre Ramón León ha realizado nuevas maniguetas, faroles de entrevarales y esquinas, así como enriquecido la peana y modificado el canasto para labrar nuevos basamentos sobre los que apoyan los varales.

El palio es de terciopelo granate bordado en hilo de oro, siendo su conjunto de distintos autores. Así pues, su bambalina delantera corresponde al taller de Sobrinos de Caro (1973), la trasera a Fernández y Enríquez (1990) y las laterales a Curquejo, estrenadas en el año 1997. En el techo del palio se encuentra la “gloria” en forma de lienzo pintado, representando una antigua imagen de Nuestra Titular de Gloria, Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera. El lienzo es obra de Juan Luis Aguado y los bordados se realizaron en el taller de bordados de la hermandad.

El paso luce faldones de color granate. El delante está bordado con el escudo de Sevilla en el centro y motivos góticos realizados recientemente por el taller de bordados de la hermandad.

Tiene unas dimensiones de 2,25 x 3,39 x 1,50 metros y es portado por 36 costaleros.

 
Otros pasos en la historia de la hermandad

A lo largo de nuestra extensa historia nuestra hermandad ha contado con otras andas distintas a las actuales, para portar a Nuestras Imagenes Titulares.

Existen constancias documentales de únicamente dos pasos de cristo. El primero de ellos se encargó en 1703 al escultor Pedro Sánchez. Se sabe que estaba construido en madera de cedro, con seis relieves y veinte esculturas de ángeles. Procesionó por primera vez en 1713 y por última en 1794. En 1798 quedó destruido por el derrumbe del almacén donde se guardaba.

Por dificultades ecónomicas la hermandad no fue capaz de estrenar unas nuevas andas propias hasta el año 1.877. Hasta entonces, hizo estación de penitencia con otras cedidas por distintas hermandades, como las de la Amargura, el Despendimento o el Cachorro. Este nuevo pasó fue diseñado y creado por Manuel Gutiérrez Reyes-Cano, por entonces mayordomo de la corporación. Era de estilo neogótico, sin respiradores y adornado con cartelas talladas. Fue objeto de diversas reformas durante los años sucesivos, saliendo por última vez el año 1949, siendo vendido a la hermandad de las Angustias de Jérez de la Frontera.

En cuanto al paso de palio, existe constancias de la existencia de un paso de palio al menos desde el año 1642. Se trataría de un sobrio paso de terciopelo negro sin bordar. En el año 1703 estrena nuevo paso para la Virgen del Buen Fin del que se conocen pocos datos, siendo también destruido en el derrumbe del almacén acaecido el año 1798.

Tras la pérdida de este paso, y al igual que en el caso del paso de cristo, la hermandad tuvo que recibir la colaboración de otras hermandades para realizar su estación de penitencia. Así lo haría en el 1808 con un paso desconocido y en el 1815 con el palio de la Virgen de la Victoria. Entre 1833 y 1850 la virgen procesiona en el paso de misterio.

En 1851 se construye un nuevo paso para María Santísima del Buen Fin, de palio negro bordado en oro por Concepción León, terminandose completamente en el año 1854. Salió por última vez en el 1881 y vendido en el 1896 a la Hermandad de los Negritos.

En el año 1930 se relanzá la idea de contar con un paso de palio, para lo que se elabora techo y bambalinas a base de blonda calada de plata y oro fino con encajes de bolillo. Se logró hacer peana de plata y unos sencillos respiraderos de metal plateado. Al año siguiente se bendice la nueva efigie de Nuestra Señora de Guía y la hermandad decide colocarla en el nuevo paso de palio, que contaba con numerosas piezas prestadas de otras hermandades, tales como la candelería de la Hermandad de la Estrella. En el año 1936 la Virgen del Buen Fín vuelve a salir en este paso, trasladandose la de Guía al paso de Cristo. Ante la imposibilidad económica de continuar saliendo con dos pasos, la hermandad suprime el paso, saliendo por última vez el año 1939.