Nuestra hermandad vivió en la jornada de ayer un día cargado de espiritualidad, emoción y fraternidad, al peregrinar con motivo del Año Jubilar a la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena.
La jornada comenzó con una oración inicial en nuestra sede de San Martín, desde donde partió el nutrido cortejo de hermanos hacia la basílica, en un camino de recogimiento y oración.










A las 20:00 horas, se celebró la solemne Eucaristía Jubilar, presidida por nuestro Director Espiritual, quien dedicó sentidas palabras a la importancia de la Esperanza como virtud esencial en la vida cristiana, recordando expresamente las enseñanzas del Papa Francisco sobre “la Esperanza que no defrauda y que tiene rostro de Madre”.





Durante la homilía, se subrayó también el papel de María como pilar firme de la Iglesia, como ancla y guía en los momentos de oscuridad, y ejemplo de confianza plena en el plan de Dios.Los hermanos vivieron un momento de reconciliación, silencio interior y profunda reflexión en torno a la Palabra del Señor, en un ambiente de auténtica comunión eclesial. Al término de la celebración, nuestra Hermandad hizo entrega a la Macarena de una medalla conmemorativa, como signo de agradecimiento y fraternidad por la reciente concesión de la Rosa de Oro.

“Como un ancla, fijemos nuestra esperanza en esa humanidad colocada en el cielo a la derecha del Padre (cf. Ef 2,6). Que esta esperanza sea el impulso de nuestra vida. Una esperanza que nos sostenga siempre, hasta el último suspiro.” Papa Francisco
